viernes, 11 de noviembre de 2011

La edad de los metales en Almería

La Edad de los metales se divide en: Edad del Cobre, Edad del bronce y Edad del hierro .La Edad del Cobre recibe el nombre de Calcolítico, porque se utiliza también la piedra, y se divide en: Calcolítico Antiguo, que va desde el 3400 a. C. al 3000 a. C.; Calcolítico Pleno, que va desde el 3000 a; y el Calcolítico Reciente que va desde de 2600 a. C.al 2000 a. C. La Edad del Bronce se divide en: Bronce Antiguo, fechado entre el 2000 a.C. y el 1500 a. C.; el Bronce Medio, fechado entre el 1500 a. C. y el 1300 a. C. ; el Bronce Tardío, fechado entre el 1300 a. C. y el 1100 a. C.; el Bronce Final I, fechado entre el 1100 a. C. y el 850 a. C.; el Bronce Final II, fechado entreel 850 a. C. y el 750 a. C.; y el Bronce Final III, fechado entre el 750 a. C. y el 600 a. C.La Edad del Hierro, que se divide en: Hierro Antiguo, fechado entre el 600 a. C. y el 500 a. C.; el Hierro Pleno, fechado entre el 500 a. C. y el 200 a. C.; y el Hierro Tardío, fechado entre el 200 a. C. y el cambio de fechas actuales (año 1). La edad del cobre aparece en Almería durante el IV milenio a.C.,. El poblado más representativo de Almería es el de Los Millares, excavado por Luis Siret, interpretándolo en un principio como una colonia fundada por los fenicios.


Los principales yacimientos calcolíticos de la provincia de Almería son: Zájara (Cuevas del Almanzora), Campos (Cuevas del Almanzora), Almizaraque (Herrerías - Cuevas del Almanzora), Las Pilas (Mojácar), El Tarajal (Níjar), Chercos (Terrera Ventura -Tabernas), Los Millares (Santa Fé de Mondújar – Gádor), El Barranquete (Níjar) y Ciavieja (EL Ejido).


Todos estos yacimientos han sido excavados o reexcavados muy recientemente, por lo que la documentación extraída está aún en fase de estudio, y se espera que pronto contemos con nuevos datos que amplíen el conocimiento que tenemos de estos grupos humanos.

Todos estos poblados se localizan sobre pequeñas mesetas, junto a ríos o ramblas y, por lo general, alrededor del poblado se construye una muralla, quedando fuera de ésta la necrópolis. En el interior del poblado se distribuyen las cabañas, de forma oval o redonda, construidas con zócalos más o menos altos de mampostería tratada con barro, sobre el que se apoyan las paredes de adobe y los techos de ramas y barro. El tamaño de las casas varía entre los 12,50 metros cuadrados y los 50 metros cuadrados, siendo más frecuentes los valores intermedios, pero todas son multifuncionales, ya que además de ser lugares de descanso, lo son de producción, almacenamiento y consumo.


Entre los años 2.500 a.c. y el 2.000 a.c., aumenta la población debido a que los recursos agrícolas aumentan considerablemente, la conservación de los alimentos mejora y se comienzan a explotar los cultivos del olivo y de la vid.


La ganadería está representada principalmente por cabras y ovejas, seguida de cerdos, y por último de bóvidos, aunque a veces la fauna de caza de forma esporádica.


Las principales actividades artesanales son la alfarería, que es muy variada, y se utiliza para la preparación de alimentos, el almacenamiento de cereales y para el agua. Las formas van desde pequeños vasos, cuencos, ollas, platos grandes, fuentes, cazuelas y orzas. Todas las piezas se realizan a mano, y a una temperatura de cocción que oscila entre los 600 y los 800 grados.


En la metalurgia se utiliza el cobre, y se han hallado leznas, punzones, hachas planas, algunas sierras, pequeños puñales y objetos de adorno. La industria del sílex se sigue utilizando de forma muy común para fabricar útiles relacionados con la recolección o la caza, como hojas, dientes de hoz o puntas de flechas. También se utiliza el hueso pulido, el marfil y las cáscaras de huevos de avestruces. La cestería se llegó a trabajar así como son los tejidos.


Los grupos de parentesco o linajes pequeños constituyen unidades de producción integradas por varias familias nucleares que habitan en cabañas, donde se realizan actividades productivas domésticas, siendo los más ancianos los representantes del grupo. El culto a los antepasados da cohesión al grupo de parentesco, de ahí la importancia que adquieren los enterramientos colectivos, donde cada grupo o linaje entierra a los suyos.

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