LA ARQUEOLOGÍA
La palabra arqueología procede del griego y significa tratado de lo antiguo. Se puede definir como la ciencia que estudia los restos de las primitivas civilizaciones y de todo aquello que tenga que ver con ellas, con el fin de reconstruir la historia del pasado, así como la vida de sus pueblos y sus costumbres.
Gracias a los descubrimientos de las ciudades cubiertas de lava por las erupciones volcánicas del Vesubio durante el año 79 de nuestra era , de Herculano en 1.738 y de Pompeya en 1.743, el interés por lo antiguo aumentó considerablemente.
Napoleón, durante las expediciones francesas a África durante l.798, se interesó mucho por la antigua civilización egipcia. Francia, desde 1.842, e Inglaterra desde 1.845 se interesaron por las civilizaciones mesopotámicas. Después en 1.871 con las excavaciones que realizó Schliemann en Asia Menor (descubriendo la ciudad de Troya), y posteriormente en 1.876 en Mecenas, tuvieron consecuencias muy importantes en el nacimiento de la arqueología, tal y como se concibe actualmente.
Desde hace mucho tiempo el hombre ha querido conocer mejor su pasado, y todo lo que se encontraba , lo guardaba a modo de coleccionismo, hasta que se empiezan a fundar los primeros museos de arqueología durante el siglo XVIII, para exponer al público todos los materiales descurbiertos, una vez que se han estudiado y clasificado.
Es a partir de 1.965 cuando la arqueología pretende conseguir una teoría general y unos métodos determinados, que se podrían resumir en :
- El establecimiento de Leyes Generales, que expliquen los registros arqueológicos.
- Métodos estadísticos, cuantitativos y cualitativos, así como estudios interdisciplinares.
- Trabajos en grandes equipos, para analizar y estudiar todos los restos encontrados.
- Utilizar métodos hipotéticos-deductivos, para conocer mejor la vida del hombre en otras épocas anteriores.
Los vestigios intactos del pasado se encuentran encima o debajo del suelo actual de forma visible o invisible, y cuando estos se han degradado , algunas veces durante el curso de investigaciones científicas y la mayoría de las veces por operaciones no arqueológicas, lo que queda son fragmentos. Dichos fragmentos pueden ser estudiados directamente en los museos o en las colecciones particulares, o indirectamente bajo todas las formas de documentación : verbales, cartográficas, fotográficas, series de archivos, etc. En el mejor de los casos estas fuentes documentales están a disposición del público gracias a las publicaciones.
domingo, 23 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario